Ahora resulta que los países que tienen relaciones diplomáticas con el Vaticano tienen que poner más cuidado en la selección de personas a quienes envían como embajadores... Porque no cualquiera puede ser embajador en el Vaticano, no. Si no me creen, ahí está la reciente experiencia que sufrió Francia, según lo reportó el National Catholic Reporter (NCR) el 17 de octubre.
Recientemente, el Vaticano aceptó el nombramiento del embajador francés en Rusia, Stanislas de Laboulaye, para que ocupe la vacante en la Ciudad Eterna. Pero esto no fue sin contratiempos, ya que al parecer, Labouyale no fue el único candidato que Francia presentó, ya que el Vaticano rechazó varias postulaciones anteriores, entre ellos, a un hombre gay.
"El primer candidato era divorciado... Otro era protestante, y el último no solamente homosexual, [sino] unido establemente con un compañero oficial" (término que se usa en Francia para las parejas de hecho reconocidas legalmente).
"El padre jesuita Federico Lombardi, jefe de la oficina de prensa del Vaticano, rehusó hacer comentarios al respecto. De igual manera se abstuvo la embajada francesa en la Santa Sede", relata el NCR.
No, pues yo también me quiero ahorrar los comentarios. O Francia se obstinó en sugerir la persona menos idónea a los ojos del Papa, o el Vaticano tiene unos estándares morales y doctrinales de selección bastante estrictos, ja, ja, ja.
1 comentario:
Ojalá sus políticas diplomáticas, fueran las mismas para ellos mismos como para otros, no? me refiero a todas esas monjas HIJAS DE LA CHINGtrolada vida y eso padresitos, que de padresitos no tienen NADA DE NADA... Pero bien dicen que nadie mira la paja en el ojo ajena y ni se entera de la viga en el propio... NO POS NOOOO
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