20 mar 2011

Mientras descansábamos en nuestros asientos almohadillados en la Spirit of the Hollow Tree Giga Church a la escucha de la prédica del afable pastor Enemasto (el tema de hoy es Be Yourself, Be Happy!), mientras salíamos rumbo a aquel restaurante de caché y discutíamos las últimas tendencias de la moda, mientras movíamos el palito de golf (¡uf!) y resistíamos los calculados embates del cajero (¿tiene ya una tarjeta Macy's?), las fuerzas que luchan por diseminar freedom and democracy a lo largo y ancho del planeta hicieron de las suyas de nuevo.  Y el premio Nobel de la paz, heredero de dos guerras, ahora tiene una que puede reclamar como propia.  Porque las armas conquistan la paz y contribuyen al acrecentamiento de la armonía universal, solo hay que esperar el momento y las condiciones adecuadas.  Todo sea por el bien del género humano.  Habrá varias Libias en el mundo, pero solo una obtiene el privilegio de ser objeto de nuestra benevolente magnanimidad.  Habrá muchos Gadaffis -con o sin vestimenta exótica-, pero solo uno merece la caritativa reprensión.  ¿Bahrein?  ¿Qué es eso?  ¿Myanmar?, ¿eh?...  ¿Tiene tortitas capeadas de coliflor?  I'm on the right track baby I was born this way...  Pero, ¿y quién vigila a los vigilantes del mundo?